Soy Mamen Pérez, Psicóloga.

Desde que descubrí la Psicología, supe que había encontrado mi lugar… un camino en el que me dan permiso  para adentrarme en la esencia de cada persona, allí donde habitan sus miedos, sus anhelos y sus heridas invisibles y así, poder transitar en cada mirada, en cada historia y en cada emoción que un paciente decide compartir conmigo.

Para mí, lo más bello de esta profesión ocurre cuando conectas con la emoción del paciente, eso es… pura magia: un refugio en el que una persona se siente sostenida, acompañada y comprendida. Cuando puedes aliviar un dolor invisible -ese que pasa inadvertido, pero que pesa en el alma- y ofrecer un espacio donde cada sentimiento, sea cual sea, tiene un lugar seguro.

Mi compromiso profesional es acoger con un respeto absoluto el dolor y el malestar, escuchando sin juicios y ofreciendo herramientas y caminos para que la persona pueda manejar su sufrimiento emocional. Cada avance, cada pequeño cambio, cada instante de alivio que veo en quienes acompaño a diario, es un regalo que me llevo conmigo.

Aprendo de mis pacientes tanto como ellos pueden aprender de mí. Y por eso, para mí, la Psicología no es sólo una profesión: es una forma de estar en el mundo, de mirar a las personas y de creer, siempre, en su capacidad de sanar y crecer.